Él es la auténtica estrella
de todas sus creaciones cinematográficas: él es el hombre del momento (cada vez
que llega uno de sus estrenos… lo es). Hablo de Tarantino, Quentin Tarantino...
y su última genialidad* se titula Django
desencadenado (¡Ojo que la “D” es muda!).
Si
te gusta mucho (mucho) el cine y además eres un enteradillo del género, sabrás
que ya existe un Django (1966), pero
no sé hasta que punto Quentin homenajea en el suyo al film de Sergio Corbucci (y digo
homenajear, porque yo lo considero así… otros lo llaman copiar: para gustos,
los Pantone). Ocurría lo mismo con Malditos
bastardos y la titulada aquí Aquel
maldito tren blindado de Enzo G. Castellari, cuyo título original era The Inglorious Bastards (1978). Lo que está claro es que Tarantino conoce
películas de las que tú y yo nunca antes habíamos oído hablar (y por supuesto
de verlas, ni soñarlo). Todos los que han compartido conversación con él dicen
que es monotemático (cine, cine, cine), y es su amor por la serie B (y Z) del
7º Arte lo que le lleva incluso a reproducir en sus ya míticas creaciones algunas escenas filmadas por otros anteriormente (escenas, escenarios, planos, personajes,
detalles… y todo lo demás también), pero lo hace con tan buen gusto y pasión,
que llega incluso a mejorarlo. Él reinventó el cine en los 90’ con su Pulp Fiction y ahora, dos décadas después
y a punto de cumplir los 50, tiene pensado dejarnos sin aliento con la más
larga de sus películas: Django
desencadenado, de 165 minutos (que habrá a quien se le hagan muy largos y a
mí, por ejemplo, seguro que se me harán cortos… muy cortos): su primera
película sin la fallecida Sally Menke, su montadora de toda la vida (y si algo ha
caracterizado a sus cintas, eso ha sido el magistral montaje final).
Cada
obra (maestra) que se saca de la chistera Tarantino no olvidemos que viene acompañada de polémica
(asegurada). La violencia exagerada que muestra en sus films, esa ironía tan
divertida que algunos no entienden, las palabrotas malsonantes que acompañan a
sus diálogos magistrales y algunos sanguinarios asesinatos un tanto polémicos (como
el del mismísimo Hitler en su Malditos
bastardos) han hecho que se gane
más de un “amigo”… pero si tuviese que destacar a uno, éste sería su archi-”amigo” oficial, el también director (y fan incondicional de los Knicks) Spike Lee, que siempre tiene algo que aportar al respecto cuando se trata de criticar a su "amigo": "La esclavitud en Estados Unidos no es un spaghetti western de Sergio Leone, fue un holocausto. Yo no iré a ver la película". Éstas han sido, esta vez, sus palabras. Yo, desde luego, sí que la iré a ver.
Pero imagino que tanto hablar de Tarantino por aquí y Tarantino por allá, y después de haber visto el trailer,
ahora querréis saber ya de qué va su nueva película (por si no os ha quedado claro arriba, ¿verdad?): A ver, pues está
ambientada en el Sur de los Estados Unidos (es por lo tanto un 'southern') dos
años antes del comienzo de su famosa Guerra Civil (a mediados del siglo XIX), y
narra la historia de Django (Jamie Foxx), un torturado esclavo a cuya mujer le
arrebataron brutalmente tiempo atrás, que se topa (porque le libera) con un supuesto dentista que en
verdad es un cazarrecompensas de origen alemán, el Dr. King Schultz (Christoph
Waltz: Hans Landa para los amigos), que va tras los pasos de los hermanos Brittle, asesinos despiadados.
Casualmente ellos fueron los que despojaron a Django de su mujer, Broomhilda (Kerry
Washington), y se la vendieron a Calvin Candie, el déspota y malvado propietario de la plantación sureña "Candyland", papel interpretado por
Leonardo di Caprio, con un look que recuerda al suyo en Gangs of New York (… y sí, viendo cada uno de los trailers podemos
comprobar que Tarantino ha hecho algo que se debería haber hecho siempre en el
cine cuando se trató aquella y otras épocas: mostrar a quienes mascaban o
fumaban tabaco con los dientes sucios; esos detalles son los que le distinguen
del resto). Pues bien, que tanto el Dr. King Schultz como Django, ahora
aliados, comiencen a rondar aquellas tierras despierta las sospechas de
Stephen (Samuel L. Jackson), el esclavo más de confianza de Calvin Candie… el
resto, a partir del viernes 18 en los cines. ¡¡¡Bienvenidos a lo excesivo… a
una nueva historia de venganza (la especialidad de la casa)!!! Repito: Yo desde
luego no me la pienso perder por nada del mundo: “Djangooooo”…
*Sí, me arriesgo a decir (o afirmar) que es
una genialidad más de Quentin Tarantino sin haberla visto porque este genio absoluto es a lo que nos
tiene acostumbrados...
