Muchas veces me siento a meditar a ver qué escribo en este blog tan engatusado... y no me es fácil, porque me gustaría tratar tantos temas y suspirar sobre tantas y tantas cosas, cinematográficamente hablando, que no sé cuando me estoy decantando por lo que realmente me apetece y cuando lo hago por lo que realmente le apetece al lector, en este caso a vosotr@s: una maravillosa minoría que me seguís incondicionalmente (y qué sería de mis textos sin vosotros... nada: palabras vacías; sería como ponerte una película, sentarme en el sofá y que no haya señal en la televisión). Por eso hoy, con vuestro permiso, me voy a permitir el lujo de escribir sobre un sentimiento: sobre un recuerdo que me ha venido a la mente, de repente, cuando estaba buscando información sobre la nueva serie de Matthew Perry (de la que informaré muy pero que muy pronto). Y el protagonista de ese chispazo no ha sido otro que el director/actor italiano Roberto Benigni (que ya ves tú porqué siempre escribo Begnini), y su magistral 'La vida es bella'.
No voy a entrar yo a opinar sobre si el Oscar que ganó ¡Robertooo! al Mejor Actor fue justo o injusto, y más viendo los demás candidatos a la mejor interpretación masculina del año (que eran de traca mix), porque ese sería un debate al estilo Boyero vs Almodóvar... pero sí que me gustaría recordar, hasta llegar a la emoción que ello que genera, un momento de dicha gala, cuando Benigni subió a recoger este premio. Sí... porque más allá de la extravagancia del personaje, dijo una frase (entre su verborrea alucinógena) que para mí quedará ya para la historia, y a la que recurro cuando oso sentirme de algún modo parecido, más menos que más... Y como dicen que una imagen vale más que mil palabras, mejor dejo de escribir por hoy, deseándoos muy buen fin de semana (lleno de cine, series, entre otras cosas) y así podréis llegar a entenderme mejor... ¡Mucho mejor! Simplemente son maneras de expresar la gratitud que un@ siente, en un (mágico) momento determinado de su vida. Para algunos un payaso, para otros un genio: así es la vida misma, donde todo depende de los ojos que miren y de lo que su corazón sienta, porque hasta en ocasiones... la vida es bella.
Y ya que estamos, recién sacado del horno de este mismo mediodía, os muestro aquí debajo el cartel de la 66 Edición del Festival de Cine de Cannes... dejándome a huevos (exactamente 50 huevos duros) otra cita memorable de un artista (seguramente el actor más guapo de la historia... y uno de los mejores), cuando al ser preguntado cuál era el secreto de llevar tantos años junto a su esposa, con la de infidelidades conyugales que sobrevolaban Hollywood, él contestó: "¿Para qué buscar fuera una hamburguesa cuando tengo en casa un entrecot?" Hablo ni más ni menos que de Paul Newman... y de Joanne Woodward. Me encantan...
