Tengo
una idea para una película (a ver qué os parece): El 99 % de los políticos,
banqueros, especuladores de los Mercados y demás “amigos” del declive
financiero mundial, junto con dictadores y mandatarios corruptos, se convierten
en muertos vivientes de la noche al día, por culpa de una bacteria que se
transmite en los billetes de 500 € y en sus monedas equivalentes en otros
continentes. Sedientos de más dinero salen a la calle para robarle al “pueblo”
lo poco que le queda, y de paso merendárselos en crudo. ¿Cómo se llama la
película?: La Prima de Zombies (Crisis Mortal). Ahí
queda eso por si alguien quiere apostar por la idea: se la regalo (pero que
cuente conmigo para el guión). Ahora que Abraham Lincoln se va de caza (vampiros),
todo es posible en el mundo del cine. ¡Pasen y vean!
Y ya que estamos, sin irme muy lejos, concretamente
a Londres, hoy escribiré sobre la divertidísima Zombies Party (de
título original Shaun of the Dead).
No estaba yo
muy confiado en volver a ver un filme de este terrorífico (y asqueroso, a
veces) género, puesto que los últimos referentes que tenía (entrada pagada, que
conste en acta) no eran nada halagüeños: Una de zombis (made in Spain) y Planet Terror (made in Robert Rodriguez). Pero seguí los brillantes consejos de mi
amigo Joan Feliu (autor de la novela ‘El asesino gourmet’) que me animó a que
visualizase con cariño Zombies
Party y Bienvenido a Zombieland (que todavía la tengo pendiente). Le hice caso y me aventuré a morirme de "miedoooooooorl". ¡Iluso de mí! El protagonista era nada más y nada menos que Simon Pegg,
visto y disfrutado ya en La gran nada, Corredor de fondo, Nueva York para principiantes además de, inexplicablemente, en las dos últimas de la Misión
Imposible… es decir, un humorista de los
pies a la cabeza, de los que además te hacen gracia nada más le ves (algo tiene
de Mr. Bean, y no me refiero únicamente a la nacionalidad). Y su pareja de
baile en esta joya de culto era Nick Frost, otro que tal… Pero es que se ve que
la cosa funcionó tan bien y la complicidad entre ambos gustó al público (y a
los productores) que después han vuelto a trabajar en las comedias Arma
Fatal (2007) y Paul (2010), y en la reciente superproducción de Steven Spielberg &
Peter Jackson Las aventuras de Tintin: el secreto del
Unicornio, donde interpretan en 3D a los
“despistados” González & González.
Vamos, que yo
os la recomiendo engatusadamente si os gusta el conocido como humor inglés (refinado e irónico) porque
asustar, lo que se entiende por asustar (véase The
Ring, por ejemplo) no asusta mucho. Mejor. Y por
destacar me quedaría, además de con Pegg, con su guión (obra del propio actor y
de Edgard Wright, director de Scott Pilgrim contra el
mundo) y con el montaje final, ambos
brillantes.
Puestos en materia, os destriparé un poquito de la historia... que comienza un día cualquiera
en la vida gris (como el tiempo allí) de Shaun (Simon Pegg), con un
interrogatorio más de su guapa novia Liz (Kate Ashfield) que está hartita de
pasar todas las noche en el Winchester, el pub preferido de su novio y de su
mejor amigo Ed (Nick Frost), un tipo sin oficio ni beneficio que no cuenta con
el beneplácito de los amigos de Liz (ni con el de la propia interesada). Menudo
dilema para Shaun, que tiene que elegir entre complacer a su novia que está al
borde de decirle bye-bye o seguir con su rutina que no le lleva a ningún sitio… bueno sí, todas
las noches al Winchester. La vida de Shaun (y de toda la ciudad) cambia al día
siguiente cuando sin motivo aparente gran parte de la población se ha
transformado en muertos vivientes que con un simple mordisco te reclutan para
la causa. Es cuando nuestro héroe saca su vena más valiente para salvar a su
novia (que le acaba de dejar) y a su querida madre, cuyo actual marido ha sido
mordisqueado por un zombi (Bill Nighy, el rockero pasado de rosca de Love
Actually). Y todo esto cargando a cuestas
con los mejores amigos de Liz, David y Dianne, y con Ed de escudero fiel. Una vez
consiguen estar todos juntos parece que solamente hay un sitio en toda la
ciudad aparentemente seguro para nuestro protagonista… ¿Adivinas cuál es? Sí,
el Winchester. Y hasta aquí puedo seguir escribiendo. Aunque sólo daré una
pista más: ¿Recuerdas la vampírica Abierto hasta el amanecer? Pues aquí, en vez de sonar ‘Cucarachas enojadas’ de Tito & Tarántula,
“bailan” apaleando zombis al ritmo de Queen con su himno ‘Don’t stop me now’.
¡¡¡Brutaaal!!!
Bienvenido a Zombieland es chula, pero Zombies Party mucho más.
ResponderEliminarNacho muchas gracias x pasarte por el blog y por dejarme tu comentario ;)
EliminarA ver qué tal 'Zombieland', aunque ya me chivaron qué le pasaba a Bill Murray y...
jejejeee
Gracias por la referencia y la publicidad asesina. Y lo de la prima de zombies te lo compro para un telegrama
ResponderEliminarjejejeee será un placer formar parte de tan elocuentes & brillantes telegramas ;)
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