El Hijo de la Novia

¡¿Qué puedo osar yo escribir de esta preciosa historia que no se haya dicho ya?! O mejor dicho (o escrito): ¿qué puedo aportar a esta obra maestra del 7º Arte? Sinceramente no lo sé... pero lo voy a intentar, porque si algo me he propuesto en este momento de mi vida es arriesgar_me, así que allá voy: 'El Hijo de la Novia' es una película perfecta, sin fisuras, con sonrisas y lágrimas, que emociona, divertida, para_no_olvidar, de las que ya no se hacen, que vale la pena ver una y mil veces (no me canso ni me cansaré nunca). Puedo asegurar muy orgulloso, con la cabeza bien alta, que es una de mis preferidas... ¡¡¡Una auténtica maravilla!!!

     Porque si tengo algo muy claro es que tú puedes elegir qué peli ir a ver al cine una vez por semana o una al mes, incluso antaño cual alquilar, pero cuando el visionado se repite voluntariamente es porque la historia te está escogiendo a ti... Y así fue ayer, sábado a la noche: la semana pasada vi 'Carancho' (también de Darín: muy recomendable, pero más "dura" y muy cruda -realidad-), y anoche buscaba algo que simplemente me entretuviese, sin darme qué pensar, sin tener que razonar del por qué ni meditar sobre las miserias humanas mientras pasaban los minutos de proyección, un filme que tampoco me hiciera recordar ni por asomo los tiempos de crisis en los que estamos sumergidos (ahogados, para ser más exactos), y sin más, rebuscando entre mis DVDs originales se acercó a mi mano y entonces supe que tenía que ser ella... y además tuve un palpito: de esta película iba a salir un artículo engatusado incluso una reflexión en voz alta (si me estás leyendo sabrás de qué estoy hablando). A veces las cosas no son como esperas: son mejor todavía.
     Ya desde el minuto uno, con ese enfrentamiento infantil Boca-River, descubres que en este cuento la madre tiene un papel fundamental (y no puedes evitar sonreír al recordar que en tu vida también...). Entonces la melodía te va envolviendo hasta descubrir que Rafael (Ricardo Darín) se ha hecho mayor y se pasa el día volcado en sacar adelante un restaurante que heredó de sus padres, y que en tiempos de crisis (¡¡¡maldita crisis!!!) todo se torna cuesta arriba y con curvas (hasta con baches en el camino). Además advertimos que tiene un poquito desatendida a su única hija, fruto de un matrimonio que fracasó. Es cuando un buen día su papá (Héctor Alterio) le cuenta medio en secreto que quiere hacer un poquito más feliz a su madre, Norma (Norma Alejandro), enferma de Alzheimer y que pasa los días en un geriátrico al que hace un año que su hijo no va a visitarla, regalándole algo que antaño no fue capaz de darle (seguramente lo único que su fiel y enamorado marido nunca le concedió): casarse por la iglesia.
   Presentado el trío estelar de primerísimas espadas (del cine argentino) los acontecimientos comienzan a sucederse perfectamente organizados, en armonía, y lo que al principio era un "no, no, no" de Rafael hacia su padre y la, según él, disparatada propuesta de matrominio ya que su mamá no se iba a enterar de nada, se convierte en un acto de comprensión y respeto hacia quienes se lo han dado todo, dejando atrás su vida egoista y dedicada únicamente a su negocio (un ataque al corazón tiene mucho que ver, eh). Es cuando los secundarios comienzan a tomar proptagonismo (el genial Eduardo Blando como el mejor amigo de la infancia de Rafael y "la española" Natalia Verbeke como la joven novia de este último, con la que en un principio no se quiere comprometer y después llega el momento de la declaración de amor... y hasta aquí puedo seguir escribiendo).

     Dirigida (y escrita) por el maestro Juan José Campanella (quien además ha dirigido brillantemente algunos capítulo de la serie 'House'), 'El Hijo de la Novia' estuvo nominada al Oscar como Mejor Película de Lengua No Inglesa en el 2001 (aquel año en que tampoco ganó 'Amélie'). Y aunque no sea mi favorita del dúo dinámico Campanella-Darín, siempre la recomendaré engatusadamente porque nunca deja de sorprenderme, de atraparme otra vez (como diría Calamaro). Ideal cuando hechas de menos a quienes te dieron la vida y son los responsables de que hoy esté aquí. Porque yo también he sido una vez 'el hijo de la novia'. Va por ti, mamá...