miércoles, 6 de junio de 2012

Zombies Party

Tengo una idea para una película (a ver qué os parece): El 99 % de los políticos, banqueros, especuladores de los Mercados y demás “amigos” del declive financiero mundial, junto con dictadores y mandatarios corruptos, se convierten en muertos vivientes de la noche al día, por culpa de una bacteria que se transmite en los billetes de 500 € y en sus monedas equivalentes en otros continentes. Sedientos de más dinero salen a la calle para robarle al “pueblo” lo poco que le queda, y de paso merendárselos en crudo. ¿Cómo se llama la película?: La Prima de Zombies (Crisis Mortal). Ahí queda eso por si alguien quiere apostar por la idea: se la regalo (pero que cuente conmigo para el guión). Ahora que Abraham Lincoln se va de caza (vampiros), todo es posible en el mundo del cine. ¡Pasen y vean!

   Y ya que estamos, sin irme muy lejos, concretamente a Londres, hoy escribiré sobre la divertidísima Zombies Party (de título original Shaun of the Dead).

   No estaba yo muy confiado en volver a ver un filme de este terrorífico (y asqueroso, a veces) género, puesto que los últimos referentes que tenía (entrada pagada, que conste en acta) no eran nada halagüeños: Una de zombis (made in Spain) y Planet Terror (made in Robert Rodriguez). Pero seguí los brillantes consejos de mi amigo Joan Feliu (autor de la novela ‘El asesino gourmet’) que me animó a que visualizase con cariño Zombies Party y Bienvenido a Zombieland (que todavía la tengo pendiente). Le hice caso y me aventuré a morirme de "miedoooooooorl". ¡Iluso de mí! El protagonista era nada más y nada menos que Simon Pegg, visto y disfrutado ya en La gran nada, Corredor de fondo, Nueva York para principiantes además de, inexplicablemente, en las dos últimas de la Misión Imposible… es decir, un humorista de los pies a la cabeza, de los que además te hacen gracia nada más le ves (algo tiene de Mr. Bean, y no me refiero únicamente a la nacionalidad). Y su pareja de baile en esta joya de culto era Nick Frost, otro que tal… Pero es que se ve que la cosa funcionó tan bien y la complicidad entre ambos gustó al público (y a los productores) que después han vuelto a trabajar en las comedias Arma Fatal (2007) y Paul (2010), y en la reciente superproducción de Steven Spielberg & Peter Jackson Las aventuras de Tintin: el secreto del Unicornio, donde interpretan en 3D a los “despistados” González & González.

   Vamos, que yo os la recomiendo engatusadamente si os gusta el conocido como humor inglés (refinado e irónico) porque asustar, lo que se entiende por asustar (véase The Ring, por ejemplo) no asusta mucho. Mejor. Y por destacar me quedaría, además de con Pegg, con su guión (obra del propio actor y de Edgard Wright, director de Scott Pilgrim contra el mundo) y con el montaje final, ambos brillantes.

   Puestos en materia, os destriparé un poquito de la historia... que comienza un día cualquiera en la vida gris (como el tiempo allí) de Shaun (Simon Pegg), con un interrogatorio más de su guapa novia Liz (Kate Ashfield) que está hartita de pasar todas las noche en el Winchester, el pub preferido de su novio y de su mejor amigo Ed (Nick Frost), un tipo sin oficio ni beneficio que no cuenta con el beneplácito de los amigos de Liz (ni con el de la propia interesada). Menudo dilema para Shaun, que tiene que elegir entre complacer a su novia que está al borde de decirle bye-bye o seguir con su rutina que no le lleva a ningún sitio… bueno sí, todas las noches al Winchester. La vida de Shaun (y de toda la ciudad) cambia al día siguiente cuando sin motivo aparente gran parte de la población se ha transformado en muertos vivientes que con un simple mordisco te reclutan para la causa. Es cuando nuestro héroe saca su vena más valiente para salvar a su novia (que le acaba de dejar) y a su querida madre, cuyo actual marido ha sido mordisqueado por un zombi (Bill Nighy, el rockero pasado de rosca de Love Actually). Y todo esto cargando a cuestas con los mejores amigos de Liz, David y Dianne, y con Ed de escudero fiel. Una vez consiguen estar todos juntos parece que solamente hay un sitio en toda la ciudad aparentemente seguro para nuestro protagonista… ¿Adivinas cuál es? Sí, el Winchester. Y hasta aquí puedo seguir escribiendo. Aunque sólo daré una pista más: ¿Recuerdas la vampírica Abierto hasta el amanecer? Pues aquí, en vez de sonar ‘Cucarachas enojadas’ de Tito & Tarántula, “bailan” apaleando zombis al ritmo de Queen con su himno ‘Don’t stop me now’. ¡¡¡Brutaaal!!!

4 comentarios:

  1. Bienvenido a Zombieland es chula, pero Zombies Party mucho más.

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    1. Nacho muchas gracias x pasarte por el blog y por dejarme tu comentario ;)
      A ver qué tal 'Zombieland', aunque ya me chivaron qué le pasaba a Bill Murray y...
      jejejeee

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  2. Gracias por la referencia y la publicidad asesina. Y lo de la prima de zombies te lo compro para un telegrama

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    1. jejejeee será un placer formar parte de tan elocuentes & brillantes telegramas ;)

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