martes, 6 de marzo de 2012

The Artist

Adivina, adivinanza: ¿Qué tienen en común el director francés Michel Hazanavicius y Fernando Trueba? (y no me vale decir que ambos poseen un Oscar, que aunque sí lo tengan no es por lo mismo, ya que Trueba lo ganó a la Mejor Película de habla no inglesa con Belle Époque y Hazanavicius a la Mejor Película… muda (risas). La respuesta*, un, dos, tres… al final del espectáculo.

   The Artist. Desde el fotograma inicial empiezas a percibir que estás ante una película "diferente" y muy curiosa, y no porque sea en blanco y negro, sino porque la música se apodera de la sala y las sombras dan color a tu vida (esto queda muy poético, pero es que me ha salido así, y es la verdad). A veces, aun a sabiendas de que es muda, esperas el aplauso del público o una carcajada de los protagonistas que no llega… pero las sorpresas no han hecho más que empezar. Dean Dujardin nos regala una interpretación antológica de principio a fin, papel escrito para él, y junto con la radiante Bérénice Bejo, esposa del director, dan vida a una película que pasará a la historia. Tal vez no del tipo de La vida es bella, pero sí como una apuesta por la magia del cine... ¡¡¡Y qué final!!! Digno del Hollywood de Fred Astaire & Ginger Rogers. Y entre medio un guion colosal, repleto de metáforas maravillosas y momentos en los que es imposible borrar la sonrisa más tierna de tu cara, obra y milagro de la mano de Hazanavicius, que tiene nombre de jugador de basket lituano, que aparca sus OSS 117 para brindarnos con una historia que nos ha gustado muchísimo a nosotros, gusta a nuestros padres y seguro gustará a nuestros hijos… cuando les expliquemos que no, no salen por ahí los Hermanos Marx… ni siquiera Charlot.

   Vamos, que me alegro un montón que The Artist sea esa película que todo el mundo mundial del cine recordará de este 2011 (¿alguien se acuerda ya Super 8?), porque piano a piano ha cosechado premios (merecidos) en cada festival por el que ha pasado, en principio, sin hacer mucho ruido (entiéndaseme la ironía): 5 Oscars, incluidos Mejor película, Director y Actor Principal; 3 Globos de Oro: Mejor Película Comedia/Musical, Mejor Actor y BSO; 7 premios BAFTA, incluyendo Mejor Película, Director y Guion Original. 6 Premios Cesar, entre los que destacan Mejor Película y Director; Palma de Oro al Mejor Actor en el Festival de Cannes, de nuevo para Jean Dujardin, que desde el estreno del filme en dicho festival no ha hecho más que despegar; y como no, en los recientes Premios Goya: Mejor Película Europea. Pero parece que si no se premia a un film en Hollywood como que no exista (aunque la taquilla no le ha acompañado en su triunfal recorrido). Pues ya que estamos, como os comentaba, de L.A. se llevó 5 estatuillas doradas: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor Principal, Mejor Música y Mejor Diseño de Vestuario, y no fueron 6 porque se le escapó a la citada actriz (secundaria) franco-argentina “por culpa” de que todas las actrices de Criadas y Señoras están estupendas, por eso eran las favoritas, aunque tal y como dijo el propio director: “Tú has sido la alegría de la película. Te amo”.


   Pero, ¿qué nos cuenta o quién es The Artist?: George Valentin (Jean Dujardin), en el Hollywood de finales de los años 20, es la mayor estrella del cine mudo, y como tal posee fama, dinero… pero no amor, aunque sí un perrito (Uggie) que le acompaña a todos lados, incluso en pantalla (incluso en la Ceremonia de entrega de los Oscar). Sin él ser consciente del importantísimo cambio que está acaeciendo en los estudios de grabación, el paso al cine sonoro le pilla escéptico y reacio ante los acontecimientos, que acaban por arrastrarle a la ruina. Es con la ayuda de la más brillante nueva estrella del cine sonoro, Peppy Miller (Bérénice Bejo), descubierta por el propio George meses atrás, con quien sobrevivirá a su incapacidad a renovarse (o morir… ya lo dice el lema).

   Pues como os decía, y ya para ir acabando, esta “peli” en la que hasta los secundarios “sin frase” (obviamente) están de lujo, James Cromwell y John Goodman, es una auténtica Obra de Arte que recomiendo engatusadamente. ¡¡¡Qué bien que por fin se premie la originalidad!!! Y eso también va por ti, Woody (Mejor Guion por Midnight in Paris). Algunos ven The Artist como un homenaje al mundo del cine, al inicio incluso del cine... no sé. Yo la veo y la disfruto como una historia de alguien que en la cumbre de su carrera tiene que adaptase a las exigencias del guión, y qué mejor momento para expresar esta lucha interna de supervivencia que el cambio del cine mudo al sonoro. Y ahora: Silencio… y que empieza el espectáculo.


*Respuesta: Ambos dedicaron su Oscar al genial Billy Wilder. Trueba dijo: No creo en Dios, creo en Billy Wilder. Y Michel sentenció con su dedicatoria a la Mejor Película agradeciéndoselo a 3 personas: Billy Wilder, Billy Wilder y Billy Wilder. ¿Por qué será?...

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